+Septiembre
de 1989+
Estaba
caminando por todos los jardines de Neverland, otra vez Joanna me estaba
jugando la broma de esconderse, mas siempre lo hacía bien. Eso se lo había
aprendido a Michael, él también me ayudaba a encontrarla. Pasaba por uno de los
arboles más grandes, el favorito de Michael, subí hasta él intentando encontrar
a Joanna allí, pero no estaba.
Camine
mucho rato hasta que escuche como unos cuantos arbustos se movían, me acerque
sigilosamente y en efecto allí estaba Joanna, la tome en mis brazos y comenzó a
reír.
Sandra: Por fin te
encontré (Le sonreí) Sabes que no me gusta que te alejes tanto de la casa.
Joanna:
Si
lo siento mami.
Sandra: Bien, vamos
que tu padre y todos te andan buscando mi amor.
La
lleve cargando y ella me contaba todo lo que había jugado en este tiempo, yo
solo le sonreía y la escuchaba atentamente. Llegamos a la casa y allí ya estaba
Michael, Soco, Janet y Adrián. Me miraron y sonrieron con alivio.
Michael: ¿Dónde te habías
metido mi amor? (Dijo tomando a Joanna en sus brazos)
Joanna:
Estaba
cerca de tu árbol… ese grandísimo.
Michael: No te vayas
tan lejos, te puedes perder.
Joanna:
Si
ya le prometí a mi mami que no me iría lejos.
Michael: Bien, ve con
Soco, ya vamos a comer.
Joanna:
Si.
Se
desprendió de los brazos de Michael y se fue tras de Soco. Sonreí, pues hacia
tan poco era una pequeña bebe que tenía en mis brazos y ahora una niña tan
feliz, tan sana y llena de alegría.
Michael: ¿En qué
piensas linda? (Dijo tomándome de la cintura)
Sandra: (Puse mis
brazos en su cuello) Recordaba cuando la tenía pequeña… me doy cuenta que crese
muy rápido… siento que en cualquier momento me traerá a su primer novio o me
pedirá un consejo para un chico.
Michael: Espero que
con lo de novio se espere… por lo menos a los 30 años.
Sandra: Eres un padre
muy celoso.
Michael: ¿Qué quieres?
Es mi pequeña princesa (Beso mis labios) ¿Sabes? Hoy te tengo una sorpresa… nos
vamos a las 8 de la noche así que te quiero lista.
Sandra: ¿Y a donde me
vas a llevar?
Michael: No… es una
sorpresa no te diré (Se alejó de mi) Janet sabes a lo que viniste.
Janet: Si ya lo sé
Peter (Me tomo de la muñeca) Te la tendré lista en el menor tiempo posible.
Rápidamente
comenzó a caminar llevándome con ella, subimos las escaleras y nos metimos en
una habitación vacía, me pidió que me bañara y me relajara lo más posible, que
ella me dejaría hermosa para esta noche.
Cuando
salí comenzó a peinarme y secarme el cabello, en todo este tiempo todo iba muy
bien, mi disco era uno de los más vendidos y que decir de mi empresa, Michael
estaba enterado de todo lo que yo tenía y todo lo que yo era. Nos contamos
muchas cosas que no habíamos tenido tiempo de decirnos.
Cuando
termino de hacerme y deshacerme peinados y maquillarme me dio un vestido rojo
que ella misma había escogido. Cuando por fin estuve lista habían pasado cerca
de 2 horas y ya iban a ser las 8 de la noche, ambas nos sonreímos y decidimos
que ya era hora de bajar. Suspire y acompañada de Janet baje a la sala.
Mientras
bajaba las escaleras miraba a Michael que estaba con Joanna enfrente, la cual
le estaba arreglando la camisa y el cabello. Ella se divertía mucho agarrando
su cabello, me escucharon bajar y Michael se volteo hacia mí, me sonrió al
igual que mi pequeña.
Joanna:
Mami
te vez hermosa…
Sandra: Gracias
pequeña.
Joanna:
¿Algún
día seré igual de hermosa que tú?
Sandra: Un día serás más
hermosa que yo mi amor… créeme que ese día ya llego (Bese su frente)
Michael: Mi pequeña lo
dice y yo lo reitero… Estas hermosa (Me ofreció su brazo) ¿Nos vamos?
Sandra: (Tomando su
brazo) Claro… vamos (Mire a Janet) Ustedes se quedaran con Joanna ¿Verdad?
Adrián: Así es prima,
no te preocupes por nada…
Janet: La cuidaremos
muy bien.
Michael: Gracias y que
no se duerma tarde ¿De acuerdo?
Janet: Si Michael,
ya váyanse.
Sonreímos
y nos despedimos de todos, para luego salir y subirnos a uno de los autos de
Michael. Mientras íbamos al lugar donde Michael me quería llevar íbamos
platicando de muchas cosas, cuando parábamos en un semáforo me robaba besos.
Parecía como si volviéramos a ser los novios que antes fuimos. Llegamos a un
hermoso, muy hermoso, restaurante, estaba casi vacío, solo unos cuantos
artistas famosos estaban allí, saludábamos desde lejos y nadie se interrumpía.
Llegamos
a una mesa que estaba arreglada con velas y flores, nos sentamos y yo le
sonreí. Tomo mi mano y la beso.
Sandra: Amo cuando
tienes estos detalles conmigo… pero sabes que no tienes que llenarme de estos
detalles cada semana.
Michael: Lo hago
porque me gusta ver tu rostro cuando te traigo a algún lado lindo… ahora toco
un restaurante formal.
Seguimos
platicando y trajeron una cena deliciosa, ambos estábamos platicando de cosas
que nos ponían felices, recordando alguna cosas cuando nos conocimos, eso nos
hacia reír en especial cuando ambos nos habíamos caído en la alberca y fue unas
de las primeras veces que había intentado besarme.
Sandra: Sin duda no
me arrepiento todo lo que eh vivido contigo.
Michael: Créeme que yo
tampoco y lo volvería a repetir con tal de volverte a tener a ti y a mi
pequeña.
Sandra: Yo igual… viviría
una y otra vez los buenos y los malos momentos.
Nos
sonreímos y seguimos con lo nuestro, ambos no parábamos de sonreír y festejar
que otra vez ambos estábamos juntos y que nos quedaríamos así por un largo
tiempo.
Michael: ¿Sabes? Me
gustaría sellar esta hermosa velada con algo que tal vez no te esperabas…
Sandra: ¿A si? ¿Con
que?
Michael: (Se levantó y
se arrodillo) Con proponerte que estés toda la vida conmigo… con pedirte que
pase lo que pase estés siempre a mi lado… con pedirte que (Abrió una cajita
azul y mostro un hermoso anillo) me concedas el honor de ser mi esposa.
Lo
mire por un par de segundos esperando que fuera una broma, pero no solo estaba
allí con su hermosa sonrisa que me contagio al instante, así que me abalance a
su cuello y bese sus labios mientras algunas lágrimas de felicidad se salían de
mis ojos.
Michael: ¿Eso es un sí?
Sandra: ¡Claro que sí!
Me
volvió a besar y coloco el anillo en mi dedo anular izquierdo, le sonreí y el a
mí. Me volvió a besar y se escuchó el aplauso de todas las pocas personas que
estaban allí.
Ambos
sonreímos y me abrazo fuertemente ¿Qué más podría ser perfecto? Tenía todo lo
que quería, una persona que me amara, a mi pequeña Joanna. No quería nada más
que esta vida que estaba viviendo.
Después
de que comimos el postre decidimos irnos del restaurante, nos paramos en un
mirador que dejaba ver toda la hermosa ciudad, yo sonreí y Michael me abrazo
por detrás mientras daba un leve beso en el cuello.
Sandra: Te amo Peter.
Michael: Y yo a ti
Wendy.
***
+5
de agosto de 1990+
¿Esa
de allí era yo? ¿De verdad ese era mi rostro, mi cabello? No podía creer todo
lo que miraba, mi cabello estaba envuelto en un raro chongo detrás de mi
cabeza, mi cara estaba maquillada ligeramente y me hacía ver realmente hermosa.
Estaba
parada frente a un espejo de cuerpo entero, detrás de mi cabeza caía un vello
blanco, este estaba atado a mi chongo. Mi cuerpo estaba envuelto en un hermoso
vestido de color blanco, este se adhería perfectamente a mi cuerpo haciéndome
ver hermosa. Jamás me había visto tan hermosa como en ese momento. De eso
estaba segura.
Me
miraba de pies a cabeza, hoy era uno de los más hermosos día de mi vida, hoy me
casaba con el hombre que amaba con todo mí ser, hoy me casa con la persona y no
el artista, hoy me casaba con mi Peter Pan, con mi Michael. Escuche como
tocaban mi puerta y después de eso se abría, era mi padre, al entrar me miro y
lo hizo con mucho asombro, se acercó a mí y vi lágrimas caerle de los ojos,
pero a pesar de eso sonreía.
Roberto: No puedo creer que mi hija ya se vaya
a casar… te ves hermosa mi vida, tu madre y tu hermano estarían muy orgullosos
por la gran mujer y madre que te has convertido.
Sandra: Daria lo que
fuera por tenerlos aquí… pero contigo conmigo, con Miguel todo es mejor…
Las
lágrimas querían salir de mis ojos y algunas lágrimas traicioneras lo hicieron,
me estaba casando con el amor de mi vida y mi padre estaba conmigo. Miguel para mí era como un padre, él estuvo allí
conmigo cuando más lo necesite, a ambos los amaba con todo mi corazón y ambos
estaban conmigo.
Sandra: Gracias papá
por estar aquí.
Roberto: Gracias por perdonarme mi vida (Me
limpio las lágrimas) Arréglate un poco el maquillaje… ya es hora de que salgas…
todos te están esperando.
Solo
asentí y me fui a retocar el maquillaje, sonreí a mi padre y este a mí, lo tome
del brazo y salimos del cuarto de hotel, caminamos y llegamos a donde sería la
boda, todo estaba hermosamente arreglado, la mesas, el altar. Todo, todo era
hermoso, una hermosa vista al mar lo hacía más hermoso de lo que ya era.
Al
inicio del altar se encontraba Miguel, ambos me entregarían al hombre que amaba
y que me amaba, tome del brazo a Miguel y tenía a mis dos padres a mis
extremos, cuando la marcha nupcial comenzó a sonar mi cuerpo se tensó, ya era
el momento. Comenzamos a caminar y Michael me miraba desde el final de altar.
Se miraba guapísimo con su traje negro, mas tenía su toque, algunas hebillas
que simplemente me encantaba.
Llegamos
y nos encontramos frente a frente, Miguel fue el primero en soltarme, dio mi
mano izquierda a Michael y lo miro fijamente.
Miguel: Cuídala… es lo más valioso que tengo
aparte de Cristal.
Michael: Así lo hare.
Enseguida
mi padre le dio mi mano derecha y cuando Michael y yo las juntamos nos apretó
las manos y nos dijo.
Roberto: Espero que sean muy felices juntos
que siempre lo estén y que cuides a mi pequeña, la amo y no quiero que la
lastimes ¿Okey?
Michael: Jamás lo hare
se lo aseguro.
Ellos
se alejaron y Michael y yo subimos hasta el alatar, allí estaba el juez que nos
iba a casar. No podía contener mis lágrimas, menos cuando tenía a Michael
tomado de la mano mirándome a los ojos y diciéndome que juraba amarme por el
resto de mis días. Con un acepto de parte de ambos se selló aquello y nos
deslizamos los anillos por el dedo anular, cuando puse el anillo en su dedo
levante la mirada y mire sus ojos, estaban más hermosos que nunca. Ambos
sonreímos y unimos nuestros labios dando por terminada la ceremonia. Enseguida
sentimos los flashes y lluvia de pétalos a nuestro alrededor, nuestra pequeña
se acercó rápidamente a nosotros y Michael la subió a sus brazos y los tres nos
tomamos fotos, la hermosa familia que habíamos pensado alguna vez Michael y yo
ahora existía.
Después
de la ceremonia y de algunas fotos en el altar y con los invitados fuimos a la
otra parte del hotel donde se celebraría una fiesta, Michael y yo habíamos
organizado la boda de nuestros sueños, nos sentamos en una mesa que
compartíamos con Janet, Adrián, Cristal, Miguel, mi padre, y los padres de
Michael, aunque Joseph no estaba mucho en la mesa, Katherine si, también la
compartíamos con Elizabeth.
Michael: Fue muy
hermosa la ceremonia.
Sandra: Si, lo fue… más
porque ahora soy tu esposa.
No
parábamos de darnos besos y decirnos cuanto nos amábamos, no queríamos que ese
momento terminara. Después de un tiempo una hermosa balada comenzó a sonar y
fuimos en medio de la pista y comenzamos a bailar, era todo con el hermoso. Me
cantaba la canción al oído y me susurraba hermosas palabras.
En
un momento cuando ya el sol se había escondido completamente le pedí a Michael
que saliéramos a la playa, este asintió y dejo a Joanna con Janet, tome mi
vestido subiéndolo un poco y comenzamos a caminar por la playa. Me tomaba de la
cintura y no me soltaba para nada. Yo había tomado un pequeña mochila que tenía
guardada en el respaldo de la silla.
Michael: ¿Qué traes en
la mochila?
Sandra: ¿Recuerdas…
que una vez te dije que mi madre y Carlos querían que los convirtiera en ceniza
porque no les gustaban los ataúdes? (Él asintió) Me hicieron prometerles, de
algún modo, que cuando ya no necesitara tenerlos cerca que dejara sus cenizas
en el mar.
Baje
la mochila y saque dos urnas de allí dentro, él me miro con curiosidad y yo le
sonreí.
Sandra: Ese día llego
hoy… sé que ya puedo dejarlos ir y que no me hará tanta falta su ausencia…
Abrí
la primera urna, donde estaba mi madre, suspire y me acerque a la orilla del
mar, quite mis zapatillas y el agua toco mis pies, Michael se remango el
pantalón y se quitó los zapatos y se puso a mi lado. Suspire y después de
pensar bien la cosas comencé a vaciar el contenido en el agua.
La
ceniza se perdía cuando tocaba el agua salada, sin poderlo evitar comencé a
sentir un vacío dentro, pero sabía que ellos ya tenían que ser liberado de mí,
yo no los dejaba descansar y no era justo. Así mismo lo hice con el de Carlos, vertí
aquella ceniza en donde lo había hecho con la de mi madre. Cuando el contenido
llego a su fin cerré los ojos y avente ambas urnas lejos de mí, sentí como
Michael me abrazaba y me daba fuerza, pues esto no era nada fácil.
Michael: Tranquila
linda… todo está bien… será mejor que regresemos.
Sandra: Espera, aún
falta una.
Tome
la última urna que tenía, aquella que no tenía mucho tiempo conmigo, la de Sebastián,
Michael me miro sorprendido y luego puso las manos en la urna y evito que la
abriera.
Michael: No tienes que
hacerlo.
Sandra: Sabes que si…
es egoísta que ate personas a mi cuando se merecen descansar… aparte sería un
buen comienzo.
Comencé
a vaciarla y al igual que las otras dos urnas se vacío por completo y suspire,
era difícil, doloroso, pero tenía que seguir con mi vida, con mi familia y con
todo lo que viniera adelante.
Sandra: Ahora si será
mejor irnos (Dije sonriendo)
Michael: Vámonos amor
(Me beso)
Salimos
del mar y tomamos nuestros zapatos, comenzamos a caminar agarrados de la mano.
******: ¿Se van tan
pronto?
Ambos
nos detuvimos, a pesar de que había pasado tanto tiempo que no habíamos
escuchado aquella voz la reconocimos, él se sorprendió más que yo y ambos nos
volteamos, sonreí, pues allí estaban, mi madre, mi hermano y Sebastián.
Michael: ¿Cómo es
posible? (Dijo sin aliento)
Joanna: ¿Te
sorprende? (Ella miro a Michael)
Michael: Un poco…
¿Esto… esto… es real?
Se
acercó y estuvo a punto de tocar a mi madre a lo que yo le aleje la mano, este
me miro extrañado y yo me aclare la garganta.
Sandra: Cuando ellos
murieron yo… yo por alguna razón comencé a verlos, intente tocarlos y solo recibí
una quemadura por eso (Le mostré mi mano) Jamás he podido tocarlos… (Mire a los
tres y sonreí) ¿Qué hacen aquí?
Carlos: Venimos a felicitarlos… por fin están
juntos… nada ni nadie pudo separarlos.
Sebastián: Es la mejor noticia que recibimos…
cuando supimos que hoy era tu boda… no sabes lo felices que los tres estamos.
Sandra: Yo… no saben
lo feliz que estoy de volverlos a ver… pensé que me abandonarían.
Joanna: Sandra, vez,
jamás te hemos abandonado.
Sandra: Si, lo sé,
todos los días los siento cerca de mí y sé que me cuidan. En especial Carlos.
Carlos: Que bien me conoces, pero queremos
decirte una cosa.
Sandra: ¿Cuál?
Joanna: Hoy es un día
muy especial y sé que él te hará feliz y te dará mucho amor y sabrá cuidarte de
todos los tropiezos que tengan como los que tuvieron.
Sandra: Gracias mamá
él me ama y yo lo amo tanto y sé que hemos pasado por mucho pero gracias a ti y
a mi hermano hemos salido adelante.
Joanna: Ustedes han
salido adelante solos.
Sandra: Los quiero
tanto.
Joanna y Carlos:
Nosotros también.
Sandra: Siento como…
si fuera un dejavu… sé que esto ya ha pasado.
Sebastián: Paso… pero bueno… solo había sido un
sueño.
Mi
madre se acercó a mí, miraba en sus ojos algo que extrañaba de hace tanto
tiempo, esa mirada que jamás podría olvidar, esa mirada de amor y orgullo,
¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que la había visto? No sabía,
pero había sido mucho, cuando la mire estaba de su altura y pude darme cuenta
lo iguales que eran ella y mi pequeña Joanna, inconscientemente deje derramar lágrimas.
Sandra: Mi hija… es
idéntica a ti… cuando la veo sonreír te veo a ti…
Joanna: Mi vida… se
fuerte por esa pequeña… por ti y por Michael ¿Si? (Yo asentí pues me era
imposible hablar)
Me
sonrió y luego se terminó de acercar, sentí como sus manos tocaron mis brazos y
espere a sentir dolor, pero no fue así, sentí sus calor, sentí sus dedos sobre
mi piel, la mire unos segundos y comencé a subir mis manos, al estar cerca de
su cara vacile un momento pero luego junte mis manos en sus mejillas, podía
tocarla, podía sentirla. Sin esperar la atraje contra mí y la abrace
fuertemente mientras comenzaba a llorar.
Años
sin poder tocar a mi madre, años sin poderle dar una caricia, un abrazo me eran
recompensados en ese momento, sentí como ella también me abrazaba fuertemente y
sin duda algo en mi volvió. No tenía ganas de separarme, pero ella lo hizo.
Sandra: ¿Cómo es
posible?
Joanna: Es… que los
tres nos iremos… ya es hora que los tres nos vayamos.
Sandra: ¿Qué? (Dije
en susurro)
Carlos: Es hora que nosotros nos vayamos a descansar…
Él
también se acercó y me rodeo rápidamente en sus brazos, millones de recuerdos
volvieron a mi cuando sus brazos me rodearon, mi hermano, mi padre por mucho
tiempo, mi ejemplo. Él era todo, era mi hermano. Beso mi cabeza mientras me
decía “mi princesa” hacia tanto que no escuchaba que me dijeran así que había
olvidado lo hermoso que se sentía que me lo dijera él.
Sebastián
se acercó a mí, primero miro a Michael y yo también, este solo le sonrió y Sebastián
me envolvió en sus brazos, jamás pensé volver a sentir un abrazo de estas
personas tan importantes en mi vida, pero todo lo que sufrí con su partida se recompensaban
en ese mismo momento.
Sandra: Los amo
tanto… a todos.
Joanna: Y nosotros a
ti mi niña…
Carlos: Mamá, es hora de irnos…
Joanna: Si, lo se…
Me
miro y abrazo por última vez, me tomo del rostro y me beso la mejilla, ambas
estábamos derramando lágrimas, pues sabíamos que en mucho tiempo no podríamos
estar así, que tendría que pasar demasiado tiempo antes de volvernos a abrazar,
Carlos hizo lo mismo, me dijo cuanto me amaba y beso mi frente, pocas veces lo
había visto llorar y esa fue una de esas pocas. Sebastián me deseo lo mejor y
beso mi mejilla. Michael estaba conmovido por todo y se acercó a mi hermano, su
mejor amigo de hace mucho tiempo, se abrazaron y se dijeron adiós sin decir una
sola palabra.
Nos
miraron por última vez y ellos comenzaron a caminar hacia el agua, esta parecía
dura como el pavimento pues los dejaba caminar sobre ella, de pronto solo vimos
como los cuerpos de ellos se iluminaban y desaparecían lentamente como si fuera
un espejismo, ambos miramos al cielo y vimos 3 estrellas que brillaban
fuertemente, la tres estrellas nos decían adiós, para perderse entre el cielo.
Michael: ¿Esta bien
amor? (Dijo preocupado)
Sandra: Mejor que
nunca (Le sonreí)
Michael: Ven vamos… ya
mero es hora de irnos de luna de miel…
Sandra: No me dijiste
nunca a donde iríamos… ¿A dónde vamos a ir?
Michael: Mmm…. Es una
sorpresa.
Caminamos
a donde estaba la fiesta y el tiempo paso demasiado rápido, poco a poco se fue
vaciando el lugar y nos quedamos solo los más cercanos.
Elizabeth: ¿Cuándo se
van de luna de miel?
Michael: Ahora, no
queremos que los paparazis nos sigan… así que decidimos irnos hoy.
Joanna:
¿Se
van por mucho tiempo mami?
Sandra: No,
volveremos en un mes… pero te vamos a estar hablando a diario.
Joanna:
Muy
bien… pero me traerán un hermanito ¿Verdad?
Ambos
reímos y no miramos. Cuando dio la hora subimos a la habitación y nos pusimos
algo mas cómodo para viajar, tomamos las maletas y nos despedimos de todos,
fuimos al aeropuerto y entremos al avión privado de Michael, había, por fin,
superado el miedo a los aviones, así que cuando ya estábamos volando nos
quedamos dormidos.
Michael: Amor…
despierta ya llegamos.
Abrí
mis ojos lentamente y sentí que el avión estaba detenido, nos levantamos de los
asientos y bajamos del avión y mire a mí alrededor, era París, le sonreí, pues
era una de las ciudades que más quería visitar.
Sandra: Amo este
lugar…
Llegamos
al hotel y al entrar a la habitación Michael me tomo de la cintura y me beso
mientras me hacía caminar hasta la cama, nos acostábamos mientras nos besábamos
y nos decíamos cuanto nos amábamos.
Sandra: Amo este
final mi amor.
Michael: No amor, este
no es nuestro final… apenas es un inicio (Nos sonreímos) No me cabe duda que
encontré a La Enfermera De Mi Corazón.
Sandra: (Me iba a
besar pero lo detuve) No, ya no soy enfermera, doctora Sánchez por favor.
Ambos
reímos y nos dejamos llevar por lo que sentíamos, volvíamos a encontrarnos y a
decirnos cuanto nos amábamos, pero como él había dicho, este no es nuestro
final, solo era el inicio de la mejor novela que comenzaba a escribir.
Fin.
(¯`•._★++++++++++++++++++++++++++++★_.•´¯)
Me siento muy afortuna de haber podido llevar a ustedes esta
historia de amor, sé que no eh cumplido la promesa de escribir aunque solo una
persona me lea, tengo que decirles que en este tiempo que no eh podido
comunicarme con ustedes me han pasado una serie de eventos que lejos de
ayudarme me han estado a punto de destruir, no llevo una vida fácil y la verdad
es que casi nadie la conoce, eh tenido problemas, demasiados problemas y por lo
mismo no eh podido estar aquí con ustedes, hoy termino un capítulo en mi vida
que fue toda esta novela, me siento orgullosa pues creo que no termino tan mal.
Chicas las que me han dejado comentarios y/o links diciéndome que pase a leer
sus novelas créanme que los eh visto y las eh leído… no completas pues no eh
terminado pero las eh estado leyendo.
Hay algo que les diré, iba a dejar olvidada esta novela y la
otra que tengo vigente, pero comencé a leer los comentarios que escribieron en
los últimos capítulos. Muchas dicen que son Fans de mi novela, una chica en
especial dijo que me admiraba y que yo era su inspiración, que le encanta mi
manera de redactar y fue allí donde me dije que mi trabajo no era en vano y que
si aquí en el exterior tenía problemas por lo menos en el mundo de la lectura podía
dejarlos de lado. Sé que esa chica reconoció lo que dijo, porque me invito a su
blog a leer, no diré el nombre, pero si ella se reconoció entre mis palabras te
agradezco que me hayas hecho ver lo mucho que a otras personas les importa mi
trabajo, que lo haga bien o mal, es para ustedes.
Gracias por sus comentarios, por sus palabras de aliento, esto
fue el último capítulo de “La Enfermera De Mi Corazón” y sin ustedes mis
lectoras sé que esto no habría llegado ni al capítulo 10. Seguiré con mi otra
novela, mas no prometo escribir una nueva, por el momento, solo me resta decir
gracias por su apoyo y espero verlas pronto.
Sandy Jackson.